El sábado 1° de Diciembre era el último día del regional. Los "guarismos" hablaban de un día bueno, posiblemente el mejor del campeonato... pero evidentemente, algo falló. Amaneció cubierto, e incluso con algunas lloviznas sobre el aeródromo. Una capa espesa de altocumulos tapaba todo. Parecía que fracturaba, e inmediatamente todo el mundo a preparar los planeadores. Armamos la caja bajo un cielo que, si bien no era el ideal, daba idea de que se podía volar una más. A la hora del briefing, lo de siempre: Lucas nos bajó a la tierra una vez más! La masa de aire era buena, pero justo en la zona del campeonato se había estacionado una cobertura de nubosidad media, por exceso de humedad en capas altas de la atmósfera... El pronóstico estaba supeditado a la cobertura nubosa. Si insolaba, 1800 metros, térmicas de 2,5 y cumulos. Si no insolaba, 1100 con suerte... Según palabras de Lucas, la clave del día era esperar. Había que agotar todas las esperanzas de que abra a tiempo y poder volar. Estando todos en la caja, la cobertura de AC seguía intacta, y a eso se le sumaba una línea de CU potentes al sur, con lluvia visible... el sondeo tampoco dió buenas noticias, a las 13:30 no pasaba de 750 metros. Así que, con muy buen tino, a las 14:00 se decidió suspender la prueba. E inmediatamente, pasó lo que siempre pasa: Se despejó, los CU potentes se disiparon y quedó un cielo celeste intacto, incluso con algunos CU... igualmente, creo que la decisión fue la correcta. Se nos iba a hacer muy tarde y por ahí no todos daban la vuelta. Con 5 pruebas sobre 7 posibles, en el último día, ¿para qué hacer sufrir a la gente?
Después a desarmar planeadores y campamento. La imagen más triste de todo campeonato... La fiesta de cierre muy bien organizada, sencilla, pero sin dejar de lado las formalidades correspondientes. Se adelantó a las 17:00, lo que permitió muy buena concurrencia. Distinciones para los remolcadores, para los equipos de organización, para los pilotos extranjeros, y los podios de las tres clases. Aplaudimos a los ganadores y después, las afectuosas despedidas con los amigos de siempre y los nuevos, y la caravana de carros.
Nosotros ya aprendimos, y la última noche nos vamos a dormir a un hotel, así descansamos bien y podemos encarar la ruta bien fresquitos. El viaje, bueno, se puede decir que bien, pero eso ya es historia para otra entrada!
Les dejo una foto de la ceremonia de cierre:
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